9.14.2008

De vuelta...

Y heme aquí de regreso en mi bella ciudad. Podría decir que mi regreso es meramente físico porque mi cabeza se quedó en algún punto entre Montreal y el D.F. desde la madrugada del 13 de septiembre en que veía pasar todo demasiado rápido en medio de la neblina con sentimientos encontrados de la emoción de ver a mi familia y amigos y de no querer dejar atrás la vida tan cómoda a la que ya me había acostumbrado (hasta me pegó la canción de los scorpions que venía oyendo el taxista) hasta el momento en que el avión aterrizaba y yo seguía con el coraje de haber tenido que dejar tres frascos de mermelada, uno de crema de miel y todos mis instrumentos de cuidado personal en el aeropuerto, además del estrés de haber creído que ya había perdido mi pasaporte.
Con estas peripecias, después de cinco horas de vuelo, de las cuales pasé el 80% dormida obviamente, llegué. Se abrieron las puertas y vi a mis papás y seguía ida. Fuimos a almorzar y seguía ida; y, para no hacer el cuento más largo, sigo ida. Salgo a la calle y siento que deben pasar cosas las cuales no pasan, hoy en la madrugada abrí los ojos y me sorprendí al no ver la ventana del cuarto que ya estaba acostumbrada a ver cada que me despertaba.
No sé ni siquiera qué escribir, pero siento que tengo que hacerlo. De cualquier manera estoy intentando hacer las cosas que hago normalmente para ver si así empieza a girar la piedra dentro de mi cabeza, ni siquiera me nace hablar.
Tal vez necesite socializar un poco más, mientras tanto, heme aquí de vuelta a mi bella ciudad.

9.06.2008

Hacía la recta final

A estas alturas naturalmente ya perdí la cuenta y orden de los eventos, o por lo menos los de esta semana, les puedo contar que la semana pasada fui a la Biblioteca Nacional, primermundista como ella sola, en la infraestructura no es nada del otro mundo, sí está muy bonita, pero no muy grande, lo que me gustó fue la colección, tiene una sección infantil con libros en 8 idiomas y libros para los papás, tiene un laboratorio de idiomas, los archivos nacionales y en el último piso tiene películas, series y discos; además, nunca había visto una biblioteca con tanta gente, por ahí de las 10 de la mañana ya hay bastantes que se van a leer el periódico o a buscar cualquier otra cosa.
Al día siguiente fui al Museo de Bellas Artes a ver una exposición de un movimiento creado acá que se llamó automatismo, en lo escrito era muy parecido al dadaísmo y en lo visual es totalmente abstracto, de lo cual no soy muy fanática, pero este me gustó mucho.
El jueves estuvo brutal porque fuimos al Oratorio Saint-Joseph, este de aquí abajito:
bonito como él solo, pero la subida sí está medio pesada, pero lo vale al 100%. El interior es bastante simple, lo que mas resalta es el órgano, unas figuras talladas en madera de los apóstoles y representaciones talladas en piedra del viacrucis. Por cierto, si se fijan en la foto, hay tres "hileras" de escaleras, las blancas son de madera y están hechas sólo para los que suben de rodillas.
Pero cuando pensábamos que esa subida era cansada, llegamos al mirador de Mont-Royal, que está del otro lado del parque donde se ponen los hippies:
Esta semana tuvimos el lunes libre porque es el día del trabajo y, como es costumbre, nadie trabaja jojo. Nos fuimos a caminar por Mont-Royal, y la Main, fuimos por un helado por el que yo moría, después fuimos a un restaurante bastante famoso que se llama Schwarpp's (o algo así) donde venden carne ahumada, clásico restaurante de mala muerte en el que hay filas de gente de todo tipo esperando mesa, si hasta Bono y la Celine lo han visitado eh? 
En los días subsecuentes fuimos a la catedral Marie Reine-du-Monde, que se construyo con la intención de hacer una versión reducida de la Basílica de San Pedro, está re-bonita oyes! les muestro la foto de afuera:
Adentro tiene un baldaquín (qué tal eh?!) que también es "imitación" del que está en Roma, todo lo demás ni siquiera puedo describirlo, está completamente hermoso; además de que yo no sé por qué, pero siempre he tenido cierta atracción hacia las iglesias.
También les cuento que el viernes pasado era la última clase con la maestra que me daba la materia de música y películas así que se le ocurrió que hiciéramos una representación de alguna canción en francés por equipos, la de nosotras fue un problema totalmente y terminamos cantando una de Edith Piaf, yo moría de la pena naturalmente, pero resultó bastante nice, porque luego todos cantaban con nosotras.
Esta semana fue la última clase de mi otra clase (valga la redundancia!), la de francés a través de Montreal, y como prueba final nos tocó hacer un "folleto" turístico y llevar a un grupo a un tour que nosotros organizáramos, a mi nada más me tocaron dos escuinclas: una japonesa (que como buena taka taka se impresionaba de todo, pero era buena ondita) y otra mexicana (medio tonta, por cierto...ya me voy a enroscar, perdón) y las llevé al Palacio de Justicia, a la Catedral y a la Plaza de Armas.
Hoy fui a Ottawa, visitamos el Parlamento y yo me sentía como en la mera Inglaterra, oyes!
Si por afuera está impresionante, por adentro está lo que le sigue, la biblioteca está hermosa, además de que fue lo único que sobrevivió de un incendio que hubo por ahí de...ya no me acuerdo qué año, está completamente hecha de madera. Lo demás es estilo gótico y eso sí yo no sé qué hay más si banderas de Canadá o estatuas de la reina Victoria.
También visitamos el Museo de la Civilización en el que más bien nos metimos a la parte infantil que era como tipo La ciudad de los niños, te dan tu pasaporte y tiene que completar lo sellos que te pide. También visité una sala de arte canadiense el cual me gustó mucho, en su mayoría eran figuras talladas en piedra o madera.
Después de eso nuestros pies ya no respondían así que nos sentamos durante la última media hora que nos quedaba.
Llegamos a Montreal como a las 8 y en estos momentos me encuentro en casa esperando a que den las mil de la noche porque Lucette nos pidió que la acompañáramos a recoger a una nueva residente, que ocupará el lugar de la alemana que se fue hoy, al aeropuerto, pero llega hasta las doce; y mañana llega otra monita...brasileña creo, pero nosotras mañana partimos a Quebec así que la conoceremos hasta el lunes que nos toque enseñarle cómo irse a la escuela, tal como la alemana nos enseñó cuando llegamos...c'est bizarre!
Esta semana todo mundo regresó a clases y al trabajo así que está medio loquito todo, hay días en que el ambiente en la calle se siente tenso, si de por sí la gente maneja la indiferencia totalmente, ahora más! el metro en las mañanas es una locura, porque aparte cambiaron el sistemas de tipos de pasaje y la gente como que todavía no le acaba de agarrar la onda así que las filas son interminables y luego se descomponen los aparatos y bue!
Loquita  y todo la ciudad me encanta, en realidad ya me empezaba acoplar después de mis dos primeras semanas de confusión, estrés y nostalgia, sólo que ahora más bien toca regresar, de lo cual no me quejo, pero siempre que dejo algún lugar del cual disfruto mucho me queda una sensación muy rara, es como cierta nostalgia de ya no ser parte de la vida de la que fui parte durante un mes y, sin embargo, sé que las cosas van a seguir totalmente normales.
En fin, a pesar de que podría quedarme a vivir aquí y regresaría un millón de veces, creo que por el momento ha sido suficiente y quedo satisfecha.
xoxo